En Colombia el ICA ha desempeñado una labor de estudios y trabajos de campo para mitigar las enfermedades bovinas en pro de la salud del hato y de las personas. Las enfermedades que se han podido tratar se encuentran con control oficial certificadas, el listado de enfermedades que están bajo control son la Aftosa, tuberculosis, brucella y la rabia dependiendo de la región de donde se encuentre el hato. Sin embargo, nos encontramos ante una compleja situación de las enfermedades sin control que actualmente han identificado 14 enfermedades que generan una coyuntura en la salud del ganado y en la economía ganadera.
Es acá donde el Estado aconseja que los ganaderos realicen por cuenta propia, planes de acción bajo su responsabilidad para combatir estas enfermedades sin control, pero ¿Qué debemos hacer, cómo debemos proceder? En esta hazaña por mantener a sus hatos en las mejores condiciones, los ganaderos realizan prácticas poco eficientes o creencias locales, donde su conocimiento muy superficial se limita a identificar y tratar problemas físicos que ya están latentes.
Estas enfermedades ya están identificadas pero la razón por la cual son “sin control oficial” es porque se encuentran en fase de testeo o simplemente no tiene cura. Debido a esto, los ganaderos junto con todos sus colaboradores deben estar muy alerta con los comportamientos que presentan cada ejemplar, muchas enfermedades también se dan por transmisión de parásitos por lo que lo más recomendable para evitar tipos de enfermedades “raras” se debe cambiar las camas de los animales, secar charcos, rotarlos en diferentes potreros y evitar la acumulación de criaderos de moscas de los cuernos.
Cabe resaltar que las enfermedades de transmisión sexual son muy latentes en el hato como lo son la tricomoniasis, un parásito que infecta a los machos y las hembras en la monta; estos síntomas son difíciles de percibir por lo que se recomienda bastante exigir el diagnóstico de laboratorio del estado sanitario del animal, recomendado por los médicos veterinarios.
